domingo, 5 de julio de 2015

En búsqueda del feminismo, en búsqueda del yo. (A piece of feminism)


No sé por dónde empezar. Supongo que por el principio. La mayoría de mujeres, por no decir todas, hemos tenido una crianza plenamente machista, nos hemos levantado en una sociedad patriarcal que ha llenado nuestras cabezas con sus ideas erróneas. Lo anterior dificulta un poco que nosotras mismas nos revelemos contra esta o la abandonemos por completo, abrazando la igualdad y el feminismo como queremos.

Llevo poco más de un año empapando mi vida con esta ideología revolucionaria. No soy más que una adolescente aún, que como casi todas fue indirectamente criada bajo criterios machistas. Mi madre es quien trabaja, mis tías son quienes llevan las riendas del hogar y de sus vidas, lo mismo en casi el resto de la familia, las mujeres estamos empoderadas y somos independientes, libres; sin embargo, en el fondo existen esos toques de machismo, esas sutiles ideas patriarcales, ese “el hombre manda" implícito en mi vida y en la vida de muchas féminas de antes, de ahora, y dios no lo quiera, de las que vienen.

Esas sutiles ideas, dadas por el ideal del amor romántico y criterios medievales, afectan de sobremanera el progreso social, la búsqueda de la igualdad; ideas tales como: “Él es quien debe pagar las cuentas", “debo ser siempre una señorita bien portada", “él tiene que tomar la iniciativa", “que me busque él, él es el hombre", “niña =rosa, niño=azul", “el nene no puede jugar con muñecas", “¿por qué ya no son femeninas las mujeres?", "esta se acuesta con todos, es una puta", “esos vestidos cortos son indecentes", “mi marido no puede limpiar la casa o cuidar a los niños, ellos no saben de eso", y bien, si sigo dando ejemplos de féminas inconscientemente machistas, no acabo pronto.


Que estoy y, creo, estamos cansadas de que por parte de cualquier género, no se pueda ser más que eso, no seamos reconocidos como personas sino divididos por nuestros genitales, que a veces nos dividimos nosotras misma por este “hecho” estúpido. Que si soy mujer puedo esto o lo otro, que si soy mujer soy capaz de esto o lo otro, soy hecha para tal cosa, y los hombres no, los hombres a lo de ellos, a su papel. Y, de nuevo, eso hacemos, nuestro papel, actuar, no vivir.

Y lo que enerva es que no es culpa nuestra, que muchas veces esas frasecitas se salen solas, que el subconsciente es patriarcal hasta la médula, que muchas veces el feminismo ataca estas actitudes en lugar de modificarlas de fondo, que no se es más o menos feminista si llevas poco o mucho en esto, si ya te quitaste todo el machismo del alma o lo combatís cada día, si te depilás las piernas o no, si te gusta ser o no una dama, porque muchas veces no lo hacés para ellos, lo hacés por vos y para vos misma.

Vamos, que a cuántas nos gusta usar maquillaje, tener la piel sin un bello, estar con la figura que querés y ser la damita, pero eso sí, con salud, cuando se nos venga en gana, no por obligación y no por nadie más, que eso no le veo yo nada de negativo. Que mientras sea por vos y para vos misma que actuás, no hay problema. Que si te gusta lo contrario, que si no te gusta el maquillaje o ese tipo de cosas “exclusivas para la mujer”, no las uses, que no hay problema tampoco. Y si a un “macho” le gusta la peluquería o cuidar nenes, no hay cosa que juzgar. El feminismo es eso, ¿no? Es igualdad, no juzgar ni juzgarse, así que ¡a hacer eso!

El feminismo no puede ser represivo, y a veces me siento un poquito atacada por ciertas ideas algo "radicales", o bueno, no sé ni cómo llamarlas. A veces muchos hombres se sienten atacados también. Quizás esas ni siquiera son ideas reales del feminismo, no sé. Pero que nada de lo anterior me hace menos feminista, menos mujer y menos yo.
Que hay de actitudes a actitudes, cosas que deben cambiarse y otras que quedan al libre albedrío. Que mientras lo que yo haga no me reprima, no me subyugue, no lastime a mi género, a mí o cualquier persona, no afecte el proceso de igualdad y me haga feliz, no hay problema alguno, no hay nada que temer o porqué echarse atrás.

Me considero feminista, en búsqueda de la extinción de mis propios micro machismos. Me declaro feminista, en todo el sentido de la palabra. Me declaro mujer libre, linda y loca. Me declaro yo, sin miedo. Sin miedo a ningún género, sin definiciones ni etiquetas, sin límites ni bajo reglas absurdas, sólo bajo mi ley propia de libertad, amor y respeto. ¿Quién más se declara así?


Att: Una feminista en proceso.

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